CBD para tontos

CBD es el acrónimo de cannabidiol. Este compuesto químico forma parte de la familia de los cannabinoides. Estas moléculas tienen la particularidad de provenir exclusivamente de diferentes variedades de cáñamo, Cannabis sativa L. A diferencia de su primo cercano THC (delta-9-tetrahidrocannabinol), el CBD no tiene ningún efecto psicotrópico.

Durante las diferentes fases de crecimiento y floración del cáñamo, la planta metaboliza los cannabinoides, CBG, CBC, CBN, THC o THCV. En MyBud, ofrecemos productos que cumplen con la legislación francesa y europea y contienen menos del 0,2% de THC.

La planta de cáñamo se cultiva desde hace milenios. Las fibras de la planta se han utilizado desde la antigüedad para aplicaciones textiles. En los últimos años también se ha puesto de relieve el poder aislante de las fibras de cáñamo. Cabe señalar que Francia es uno de los principales productores europeos de cáñamo destinado a la transformación industrial.

Descubrimientos recientes apuntan a su papel importante y su profunda acción en el cuerpo. Estos mecanismos podrían afectar la regulación de la ansiedad, el estrés, la inflamación y el dolor.

De forma muy esquemática. El sistema endocannabinoide interactúa con un conjunto de moléculas que provienen del metabolismo humano Y de los cannabinoides secretados por las diferentes variedades de cannabis. Está compuesto por receptores llamados CB1 y CB2 que se activarán al entrar en contacto con el CBD o diferentes cannabinoides para producir moléculas en respuesta a este estímulo, los endocannabinoides. Las enzimas acopladas a este sistema se encargarán de la degradación de los diferentes elementos recibidos por los receptores, incluido el CBD.

Además, el sistema endocannabinoide regula una importante cantidad de mecanismos químicos ligados al buen funcionamiento de nuestro organismo, hablamos de omestasia. Sus efectos y por tanto los del CBD son múltiples porque interfieren en numerosos procesos reguladores del cuerpo humano.

Quien dice estimulación de receptores biológicos, dice respuesta del organismo. Por lo tanto, cada usuario tendrá su propia experiencia al utilizar el CBD. Algunas personas buscan alivio del dolor crónico o temporal, otras serán más sensibles al aspecto antiinflamatorio del CBD. Algunos consumidores se sienten atraídos por el lado relajante de los cannabinoides. Corresponde a cada usuario adaptar su consumo a sus necesidades y deseos.

El uso del CBD también se ha destacado en determinadas patologías que en ocasiones pueden llegar a ser graves. Las propiedades analgésicas y antiinflamatorias ayudarían a los pacientes que padecen osteoartritis reumatoide, espondilitis anquilosante o fibromialgia. Nuevos estudios tienden a confirmar el uso del CBD para aliviar los síntomas relacionados con enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la esclerosis múltiple.

Otra faceta positiva del CBD es la de aliviar la ansiedad o la depresión. De hecho, para algunos consumidores, el CBD puede ayudar a regular el estado de ánimo o incluso reducir los ataques de ansiedad.

La duración de los efectos del CBD depende de varios factores, incluido el método de absorción y la fisiología individual. Cuando se inhala, los efectos comienzan en cuestión de minutos y duran de 2 a 3 horas. En forma sublingual, se necesitan entre 15 y 45 minutos para sentir los efectos, que pueden durar entre 4 y 6 horas. La ingestión oral tarda entre 30 minutos y 2 horas en surtir efecto, y los efectos duran entre 6 y 8 horas. Cuando se aplica tópicamente, los efectos comienzan en 25 a 45 minutos y duran de 3 a 4 horas.

La dosis depende de las necesidades individuales. Para una dosis baja, opte por 1-5 mg de CBD, lo que equivale a 10-50 mg de flores de CBD al 10%. Una dosis media es de 6 a 15 mg, o 60 a 150 mg de flores, mientras que una dosis alta es de 16 a 30 mg, o 160 a 300 mg de flores. Para necesidades específicas, considere 30 mg o más.